Sudamérica, Trump, Guerra Negra

Sudamérica, Trump, Guerra Negra

Sudamérica, Trump, Guerra Negra

Guerra, credit Mary Blindflowers©

 

Sudamérica, Trump, Guerra Negra

Michel Fonte©

Sudamérica: un papel central en el diseño de la presidencia Trump

Las empresas nacionales que seguirán invirtiendo en EE. UU. y serán dispuestas a pagar salarios tendencialmente más elevados para reconstituir la base de la clase media, serán recompensadas con posiciones de ventajas en el extranjero. Se abre, de hecho, un periodo de liberalismo asimétrico, un fuerte proteccionismo para proteger el mercado interior acompañado de un totalitarismo capitalista en el exterior, los principales destinatarios de este mecanismo serán los países latinoamericanos, el proceso ya se puso en marcha con el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) y Santos en Colombia (de 2010 hasta hoy), Macri en Argentina (presidente desde el 10 de diciembre de 2015) y Michel Temer en Brasil (en el mando desde el 31 de agosto de 2016), los tres países han determinado la dirección que tiene que tomar la economía regional para satisfacer los intereses norteamericanos, es decir, recortes indiscriminados de los gastos sociales (salud, educación, asistencia), privatizaciones de las principales empresas estatales, ingreso de capital ajeno en los sectores nacionales más lucrativos (minería, energético, agro-industrial, infraestructura, comunicaciones, inmobiliario y bancos) con el fin de realizar el ajuste de balance. Seguro que no se logrará este último objetivo, la experiencia y la historia confirman que las políticas de austeridad nunca llegan a conseguirlo, por el contrario, determinan un empeoramiento de las cuentas públicas, porque el verdadero fin de estos gobiernos con soberanead limitada es desviar fondos estatales de las clases bajas de la población hacia un puñado de multinacionales y un circulo de empresas nacionales, formalizando la notoria “deuda odiosa”, una deuda que según la doctrina elaborada por el estudioso ruso Alexander Nahum Sack, el estado asume de manera contraria a los intereses de la nación para otorgar mayor fuerza a una élite absolutista en el poder. Hay algunas imprescindibles peculiaridades de este tipo de endeudamiento:

  1. Presencia de un gobierno ilegitimo o escogido en condiciones de fraude electoral, confusión legislativa y protestas sociales.

  2. Opción por una fiscalidad regresiva y permisiva

  3. Privatización de servicios públicos con sucesivo sobrecoste generado por la gestión privada y la pérdida de ingresos del Estado.

  4. Recortes lineales de todos los planes sociales-

  5. Compromisos contraídos para financiar proyectos u procesos que generen, directa o indirectamente, agotamiento de los recursos nacionales, desigualdad social y violación de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.

  6. Privilegio exclusivo de las élites y de unos países y entidades financieras extranjeras.

  7. Asunción de deuda privada sin algún consenso popular – resultado del desvió de fondos públicos hacia inversiones improductivas – con el objetivo de cubrir las pérdidas de instituciones financieras (bancos) y grandes empresas.

  8. Normalmente, el punto siete produce la necesidad de obtener nueva financiaciones por organismos internacionales (Fmi y Banco Mundial) a condiciones usurarias, que siguen proporcionándose a sujetos económicos para subvencionar proyectos mal diseñados y cubrir créditos incobrables que no han beneficiado a la mayoría de la población, y, además, para compensar las pérdidas relacionadas con irregularidades administrativas y contables de compañías en quiebra.

  9. Omisión de cláusulas abusivas (anatocismo) o ilegales (prejuicio del interés nacional) de las cuales no hay acceso a la información.

  10. Presiones especulativas sobre la deuda soberana para imponer condiciones onerosas y orientar la destinación de los prestamos internacionales hasta los actores deseados (empresas y bancos)

  11. Pago de intereses excesivo que impide el gasto social de primera necesidad provocando el debilitamiento de la población.

  12. Corrupción y soborno para aumentar los gastos públicos hacia sectores industriales dependientes de las importaciones.

Lo que esta planeando la presidencia Trump es el financiamiento del sistema productivo estadounidense gracias al rápido endeudamiento de las realidades suramericanas, solución que prevé la expulsión de empresas chinas en la región para favorecer las compañías con barras y estrellas, la suscripción de bonos del tesoro norteamericano por los gobiernos locales reduciendo drásticamente la tenencia de deuda en la disponibilidad de Pekín, el relance de la carrera armamentística para conservar el apoyo del complejo industrial-militar financiado con el aumento del presupuesto militar de los países latinos, eso permitiría incrementar el nivel de defensa sin agravar el balance publico y englobar a la amplia red de contratos y flujos monetarios todos los protagonistas del “Triángulo de hierro”, es decir, la base en que se encuentran cerca de 85 mil empresas privadas que se aprovechan del sistema de contratos militares, y los dos lados, uno que incluye las instituciones políticas (la Presidencia, el Consejo de Seguridad Nacional, los Comités de Defensa del Senado y la Cámara de Representantes y las agencias civiles de inteligencia como CIA y ASN), y el otro, que comprende las entidades militares (el Estado Mayor Conjunto, el alto mando de la Fuerza Aérea, el Ejército, la Infantería de Marina y Armada, los comandos regionales y las organizaciones de veteranos). Con una economía estadounidense cerca de la plena ocupación, el desafió trumpiano es realizar una subida de los salarios para que al trabajo corresponda un ingreso que permita tener elevados niveles de consumo interno, no sólo sin endeudarse sino también con una progresiva disminución de la deuda privada (estimada en 2015 en 197.5% del PIB el doble de la estatal) y de la deuda estructural pública, fines que se propone alcanzar con la apreciación del dólar y el contemporáneo aumento de aranceles sobre importaciones depreciadas, la subida de los tipos de interés que produciría un aumento de las inversiones nacionales y, en las condiciones de deuda odiosa antes mencionadas, provocaría una multiplicación del impagado de los estados latinos y un despilfarro de dinero para devolver los intereses, que normalmente empuja los gobiernos a privilegiar las industrias dedicadas a las exportaciones, o sea, las que acumulan divisas y que operan como sociedades corporativas con un fuerte accionariado internacional, drenando otro dinero hacia el exterior, pues, los dólares tienen que volver a EE. UU.

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https://antichecuriosita.co.uk/il-destrutturalismo-punti-salienti/

https://www.youtube.com/watch?v=LRvfmARq7jc

Comment (1)

  1. Manuel

    Que excelente artículo.
    Muy acorde con nuestra dolorosa realidad en América Latina.

    Saludos!
    Comparto el post!

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